jueves, 2 de julio de 2015

Padre Edgar Larrea Oblato Benedictino



Los oblatos benedictinos necesitamos ser auténticos discípulos de la Escuela de Amor que San Benito a ejemplo de Jesucristo quiso qué fuésemos, de tal forma que las personas que interactúen con nosotros, queden prendadas, enamoradas de Jesús el Amado Divino y quieran amarle, seguirle, contemplarle, servirle; amor que nos manifestemos a nosotros mismos, a quienes nos rodean y a la creación entera incluyendo a los animalitos y todo ser vivo, pues de otra forma, sólo seremos "campanas que resuenan", como dice San Pablo: "Si hablo la lengua de los ángeles y dejo mi cuerpo para ser quemado vivo y no tengo amor, de nada me sirve"... y padre Edgar Larrea en uno de sus cantos dijo: "Si yo no tengo amor, nada soy, se me van las ganas de vivir".